sábado, 31 de julio de 2010

Patologias de la Percepción

HIPOACÚSIA


Definicion: Es una disminución de la capacidad auditiva.

Se caracteriza por tres factores:
  • la intensidad (leve o moderada)
  • la lateralidad (uni o bilateral)
  • la precocidad (edad o aparación)
Algunas variantes típicas de esta enfermedad se conocen por términos mas comunes.

la cofosis: (hipoacúsia completa, uni o bilateral)
la sordera: (hipoacúsia completa biltarela)

Tipos de Hipoacúsias.


  • Hipoacúsia Conductiva o de transmisión: Cuando existe un obstáculo en el mecanismo de transmisión del oído (bien en el conducto auditivo externo, la membrana timpánica o la cadena osicular), pero el oído interno no se encuentra dañado.

  • Hipoacúsia Neurosensorial o de percepción: En este caso el sonido llega hasta el órgano de Corti perfectamente, y el problema se encuentra en el   oído interno.

  • Hipoacúsia Mixta: En realidad no es un tipo diferente de hipoacúsia, sino una hipoacúsia en la que participan, en proporción variable, los dos tipos de hipoacúsia vistos anteriormente. La mayor parte de las hipoacúsias son mixtas, pues tienen parte de ambas.


 ACÚFENOS


También llamados tinnitus o zumbidos del oído, son percepciones sonoras que aparecen en ausencia de estímulo sonoro exterior.
Pueden ser de frecuencias agudas (pitidos) o graves (zumbidos), temporales (se suelen apreciar más por la noche, pues es menor el ruido ambiental) o permanentes, presentarse de forma aislada o acompañando a múltiples enfermedades, tanto del oído externo, medio o interno.
Tipos de Acúfenos.

Acúfenos objetivos: Pueden ser percibidos mediante auscultación por personas ajenas al paciente. Surgen como consecuencia de un fenómeno vibratorio de origen craneocervical, y en principio se deben a problemas de origen vascular y muscular. Si se logra identificar la causa y eliminarla, el acúfeno desaparece.

Acúfenos subjetivos: Sólo son percibidos por la persona que los padece. Si aparecen como síntoma acompañante de otra enfermedad otológica, su importancia queda relegada a un segundo plano, pero si aparecen como síntoma aislado, la determinación de la causa suele resultar bastante complicada (se puede asociar a trastornos circulatorios, factores metabólicos, fenómenos de tipo reflejo, causas psíquicas,...) y suelen tener difícil solución.

TRANSTORNO LIMITE DE LA PERSONALIDAD O TRANSTORNO BORDERLINE

El trastorno límite de la personalidad, o borderline, también llamado limítrofe o fronterizo, abreviado como TLP, es actualmente definido por el DSM-IV (DSM-IV 301.83 ) como un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por desregulación emocional, pensamiento extremadamente polarizado y relaciones interpersonales caóticas. El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación. Se incluye dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los llamados "dramático-emocionales". Es, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad.


El término borderline para referirse al trastorno está ampliamente extendido, incluso fuera del mundo anglosajón. Las razones son de índole histórica, debido a la popularización del concepto en psiquiatría por C. H. Hughes y posterior adopción por el psicoanalista Adolph Stern en 1938 para caracterizar afecciones psiquiátricas que superaban la neurosis pero que no alcanzaban la psicosis (muchos autores califican los síntomas del TLP como pseudopsicóticos). Bajo esta concepción se establecía un continuo gradual entre uno y otro extremo, situándose el trastorno en el "límite".


TRANSTORNO DE LA INTENSIDAD


Existiría un fracaso de los mecanismos reguladores del umbral sensitivo. Puede alterarse tanto en sentido positivo como negativo.

En sentido positivo, tendríamos la hiperestesia o percepción acentuada: sería el aumento extraordinario de intensidad de captación de la percepción. Aparece en numerosos procesos (migraña, estados tóxicos como la resaca tras la ingesta de alcohol, depresión,...). En estos casos no hay una mejoría en la percepción sino que existe una disminución para el umbral de dolor en el que una sensación pasa a ser molesta (Ej.: sonidos, luces,...). En otras ocasiones, como las experiencias de éxtasis, puede aparecer una hiperestesia visual: los colores parecen más intensos o vívidos. Pueden suceder en las intoxicaciones con LSD, en la manía y, menos habitualmente, en el aura epiléptica.
En el sentido negativo estaría la hipoestesia o percepción embotada: por el contrario, aquí habría una reducción de la intensidad de captación del mundo de las percepciones, pudiendo llegar en su máxima expresión a la anestesia. Existen hipoestesias orgánicas, por lesiones de las vías u órganos sensoriales, y psicógenas. Nos vamos a referir a estas últimas. Algunos enfermos neuróticos son incapaces de captar determinadas informaciones sensoriales. También se pueden inducir mediante sugestiones hipnóticas a sujetos susceptibles de la población general. Añadamos que siempre que se dé una focalización de la atención hacia un determinado objeto del campo de la conciencia, éste suele hacerse hiperestésico mientras que el resto de objetos se convierten en hipoestésicos. Así se comprende que un soldado apenas sienta el dolor de las heridas mientras se encuentra luchando, pero aparezca en toda su intensidad cuando cesa la batalla. Está descrita la hipoalgesia en los esquizofrénicos. En general, toda la gama sensorial suele estar disminuida en las depresiones: todo se vuelve gris, insípido, monótono

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